Muy buenas, gente.
Pues nada, como dije en mi facebook, aquí está el siguiente capítulo.
Espero que os siga gustando como hasta ahora y que no me lancéis tomates porque hay tanto acerca de Phury y Cormia. Honestamente, no podía cortar todo lo que quisiera y, además, sería bastante difícil conseguir más escenas fuera de esa pareja teniendo en cuenta que estoy siguiendo los libros.
Pero bueno, todo sea para arreglar los estropicios que la Ward creó a la hora de escribir Amante Consagrado. Porque, lo quiera o no, la Warden es incapaz de llevar bien a sus propios personajes y no sabe cómo hacerlos evolucionar de forma segura y clara sin crear escenas ridículas y extremadamente disgustantes.
Sinceramente, ¿todo el asunto de la drogadicción de Phury? Sobraba. Ese personaje tenía mucho que ofrecer y la forma en la que Ward lo llevó y lo trató, no fue la más sensata. En el libro de Phury, odio al personaje. Se hace demasiado la víctima y parece que sólo piensa en sí mismo, cuando en los libros anteriores no era así. Es más, me parece demasiado egoísta por su parte todo lo que llegó a hacer.
Pero bueno, qué le vamos a hacer.
Ahora me está empezando a gustar más. Lassiter ya ha aparecido, al igual que Tohrment. Y sí, voy a hacer todo lo posible porque haya Lass/Tohr en mi historia, porque es lo lógico. Según mi opinión, claro está. Sé que a Inés le va a repatear, pero es mi historia, así que hago lo que me da la gana. Ella sigue con el Trío Calavera, que era lo que quería, así que… Es más, ya tuvo que ponerse en camisa de once varas cuando le comenté que en un principio había querido emparejar a Rehvenge y Phury, y no me dejó.
En definitiva, no tengo mucho más que añadir. Aquí os dejo el capítulo 24. ¡Disfrutadlo!
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